Leyes universales


Lo semejante atrae a lo semejante y la resonancia armónica (en armonía) incrementa increíblemente los efectos. Nuestra labor principal como ser humano es saber y poner claro en nuestras mentes, lo que queremos, pedirlo y permitir que esa invocación (llamada) ocurra correctamente. Es decir, te conviertes en aquello que piensas, en aquello que deseas, independientemente de que sea consciente o inconscientemente. Lo realmente práctico es darte cuenta de que lo puedes hacer, y de que atraes aquello en lo que más piensas, aunque realmente no lo quieras, ESTE PODER SIEMPRE ESTÁ ACTUANDO.

Por lo que el método tiene que estar basado en la siguiente secuencia:
Pensamiento del objetivo
Convertir correctamente el pensamiento
Agradecer la consecución del objetivo

El campo del pensamiento tiene una frecuencia especifica que atrae las formas que estén en su misma frecuencia y una vez que las reciben se multiplican. Un ejemplo claro es el de los puentes, sabemos todos que cuando sopla un viento débil en la misma frecuencia que el puente, este comienza a balancearse y cada vez con más fuerza, entra en resonancia y puede llegar a destruirse.


Aplicándolo a nosotros, ¿qué tenemos que hacer?... esto mismo, hacer que nuestros pensamientos deseos, sentimientos, entren en resonancia, pero ¡claro! hacia lo positivo, para conseguir mejorar nuestra vida y nuestro entorno, entremos en el Cosmos. Recordemos, todo es mente, el universo es mental... Utilicemos las cualidades mentales superiores: clarividencia, intuición, pensamientos, deseos etc., a través de las puertas interdimensionales del microcosmos y utilizando las Leyes Universales, entremos en él.


¿Dónde está el problema?
En el pensamiento incorrecto. Ante cualquier circunstancia, pensamos y movemos la idea de lo queremos pero de una forma en la que visualizamos imágenes negativas, mostrando la negatividad una vez y otra y así indefinidamente. No se trata de negar la realidad, sino de expresarla, de sentirla, de darle la vuelta, de verla de una forma en la que nos sea provechosa, a la Ley de Atracción no le importa si percibes algo bueno o malo, si lo quieres o no. Te devolverá lo que tienes en tu interior.

Responde a tus pensamientos de una forma conceptual; canaliza lo que sientes y como lo sientes, visualiza el resultado final, y se consciente de que lo que más pienses, (positivo o negativo) es de lo que más obtendrás. Siempre hará y actuará como TÚ sientas independientemente si es bueno o malo.

Por ejemplo: Hablando en relación al sentimiento de odio o anti-odio. El concepto “odio” siempre estará presente, no es que tengas que obviar la realidad, simplemente tienes que buscar el antónimo y utilizarlo; el antónimo de odio es afecto o amor, luego para conseguir el amor tienes que hacer que desaparezca odio de tu objetivo y que surja en tu pensamiento amor, entonces no debemos decir nunca “esa persona me odia”, sino “esa persona no me ama”, con lo cual no movemos el concepto odio que es negativo y sí el concepto amor que es positivo.

Todo esto nos lleva a platearnos reconducir nuestras emociones y pensamientos de cara a conseguir nuestros objetivos pero a través de unos símbolos adecuados para obtenerlos, es decir, es básico tener muy clara la relación entre concepto y significado, entre pensamiento y palabra y entre positivo y negativo.

Si eres ambivalente, el universo no sabe que hacer con dos pensamientos diferentes ante la misma situación. Siempre, debemos eliminar lo negativo a través de palabras y conceptos positivos como se explica anteriormente, siendo muy importante y básico visualizar el objetivo final para que para que se cumpla y a continuación las leyes universales hagan el resto. Tenemos que seguir un ritual donde los conceptos y las imágenes estén perfectamente definidos, para que el objetivo sea claro y lleguemos a el de una forma efectiva. Hay que aprender a pensar y a tener el pensamiento interiorizado para que el universo haga el resto.

Y para terminar, hay que poner en práctica el tercer y último punto del método, el Agradecimiento.

Es imprescindible que siempre agradezcamos de una forma sincera lo que hemos conseguido, ya que de no ser así entraríamos en contradicción con las fuerzas universales.

Recuerda...
Tu eres lo que piensas que eres.
Cuando el pensamiento es negativo, todo saldrá mal, esto es lo que hay que corregir. Hay que encontrar la manera de romper esa tendencia.

Ante cualquier circunstancia: siente, rechaza lo negativo, canaliza en positivo, pide, visualiza y agradece.

Las fuerzas universales siempre van a caminar en tu sentido, es como el discurrir del agua, sabes donde nace, donde termina su camino, pero no cual es el camino.