En el Cristianismo, consideraban a los Ángeles como seres creados por Dios que actuaban como sus enviados, o mensajeros y están organizados en tres órdenes o Coros Angelicales.
Según las tradiciones de las diferentes religiones, los Ángeles son los primeros seres creados por Díos. Los Ángeles son seres etéreos, cuyos deberes eran, entre otros, y sobre todos, asistir, servir a Dios, así como ser los claros intermediarios entre lo Divino y los hombres. En el Judaísmo ya tenían la apariencia física de seres alados, y existían ángeles portadores “del bien”; y portadores de potencias malignas que encajaron de modo natural el nombre de “ángeles malos” o ángeles caídos, y por tanto servidores del mal, también conocidos como demonios. A lo largo de los siglos, los Ángeles judíos evolucionaron; se dice que tomaban formas de varones humanos y que podían ser confundidos con los hombres reales. Eran muy espirituales, y cumplían diferentes funciones; aparecían los Ángeles que solo servían a la divinidad, Ángeles mensajeros, Ángeles castigadores, etc.…
En el Cristianismo, consideraban a los Ángeles como seres creados por Dios que actuaban como sus enviados, o mensajeros y están organizados en tres órdenes o Coros Angelicales.
En el Cristianismo, consideraban a los Ángeles como seres creados por Dios que actuaban como sus enviados, o mensajeros y están organizados en tres órdenes o Coros Angelicales.



Pero nos hicimos adultos y nos enrolamos en esa vorágine de la vida donde sólo las obligaciones, el trabajo y el trajín del ir y venir empezó a ocupar todo nuestro tiempo. Tal vez si echamos el freno y nos detenemos podemos recuperar aquella sensibilidad infantil y volver a vivir gratas experiencias con aquellos personajes y, ¿por qué no?, recuperar a nuestros ángeles custodios.