Se trata de una mujer vertiendo agua de un recipiente a otro, que indica ante todo equilibrio y arte.
Cuando aparece derecha, la Templanza representa, la metamorfosis interior. Es la carta de la regeneración, tal y como su propio nombre indica, de la templanza de la moderación y de la autodisciplina.
Puede anunciar por tanto un nacimiento, un feliz acontecimiento, pero de una manera serena y dulce, nada de locas pasiones, siempre alude a la adaptabilidad y a la calma.
Profesionalmente podrían surgir ocasiones de cambio favorable para nuevas empresas, aunque no sea con avances inmediatos.
En el plano afectivo, significa que existe armonía en la pareja, con una gran compatibilidad y consolidación en la relación, con un entendimiento perfecto.
Como persona, aparece alguien sereno, sociable, aunque un tanto imprevisible, que puede trabajar en la publicidad, o un experto en informática.
Si aparece invertida, tendría un sentido totalmente opuesto a lo anterior. Sería una persona , impaciente, con una tendencia al desorden y al desequilibrio. Puede señalar retrasos en alguna situación todavía inestable, con grandes problemas de comunicación.
Profesionalmente, cualquier proyecto actual sufrirá un estancamiento. Si pensara en opositar, no las sacará en este intento. En general cualquier iniciativa quedará bloqueada. Hay que esperar mejores tiempos.
Como persona, aparecerá alguien poco fiable, ligera y con una gran falta de equilibrio.
La duración del efecto de esta carta será bastante largo, desde los tres meses hasta un año.