Parálisis de la infraestructura tecnológica actual
Las consecuencias de este fenómeno, ocurrido por última vez hace 780.000 años, es que la Tierra puede experimentar "devastadores" cambios climáticos y fallas en su sistema eléctrico, explicas la científica canadiense Alana Mitchell. Amplias zonas de nuestro planeta podrían quedar inhabitables.
Además, el campo electromagnético puede debilitarse aún más con esta inversión de polos, lo que daría paso a vientos solares y aumentos de los niveles de radiación, con resultados como la eliminación de las redes eléctricas de suministro de energía en todo el mundo y daños irreparables en los satélites de comunicaciones.
Si ello se produjera, las tormentas causadas por esos vientos solares "podrían paralizar la moderna infraestructura tecnológica y poner en peligro la vida de los astronautas en el espacio", advierten científicos en la revista Physical Review Letters.
Para tener una idea de lo que podría pasar es útil recordar un fenómeno ocurrido hace tres años, cuando se produjeron anomalías en la magnetosfera, región del campo magnético terrestre que absorbe la mayor parte del viento solar.
Ese fenómeno no pasó a mayores. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguno de los sistemas que garantizan los suministros de energía y agua han sido construidos para resistir el impacto de los rayos cósmicos.
Históricamente, los polos magnéticos norte y sur se invierten cada 200.000 o 300.000 años y a partir de ahí vuelven paulatinamente a su posición habitual. Sin embargo, teniendo en cuenta que actualmente nuestras vidas giran en torno a teléfonos, computadoras, calefacciones y una industria basada en la electricidad, las consecuencias para la civilización podrían ser catastróficas.